Ellos no abrieron la puerta cuando llamo el extranjero
pero el extranjero entro forzándolos al silencio.
Es ladrón de guante blanco y se esconde tras un velo.
Vino a robar los abrazos, después se llevó los besos.
Vino sembrando dolor, segó lamentos y duelos.
Con lágrimas de los hombres está regando su huerto.
Nunca el olvido será un pretérito perfecto.
En el recuerdo estarán aquellos que ahora se fueron.
Perdonad que no cubramos de flores vuestros entierros.
Se ha llevado la inocencia, rompiendo risas y juegos.
Se ha llevado la frescura del amor de los abuelos.
Se ha sentado en el umbral y nos ha dejado dentro.
Se ha coronado rey, no queremos ser tus siervos,
no vamos a ser esclavos del que nos quiere muertos.
Nunca el olvido será un pretérito perfecto.
En el recuerdo estarán aquellos que ahora se fueron.
Perdonar que no cubramos de flores vuestros entierros
Los aplausos en la tarde están subiendo hasta el cielo.
Dios le pondrá unas cadenas, lo condenará al destierro.
Dios le cortara los pasos cuando llegue su momento.
Dios nos dará nuevas alas, esperemos en sus tiempos.
Los aplausos en la tarde están subiendo hasta el cielo.
Perdonar que no cubramos de flores vuestros entierros.
Maricarmen Berjano